EL QUE BUSCA ENCUENTRA

domingo, 23 de enero de 2011

MODERN CLICKS. BUSCANDO MI GENOMA TECNÓLOGICO // Modern Clicks. Looking for my technological genome

Mi Genoma desde el 70 hasta hoy. Un poco loco pero el viaje en tren a mi casa es larguísimo y me permite divagar.



Mucho se habla hoy en día acerca del futuro que viene: los móviles, nuevas plataformas, Ipads, tablets, redes sociales, te sigo, me sigues, quiero ser tu amigo, te acepto, me lo pienso, me gusta... y demás artilugios, gadgets y consignas que se nos aparecen como nuevos signos de modernidad en estos dos siglos. Cambios que en cierta forma desarman nuestras propias estructuras, nuestra forma de comunicarnos y hasta de relacionarnos. Nuestros clics modernos.
  
Siempre creí que lo que mejor tenemos los seres humanos es nuestro instinto de supervivencia a todos esos cambios y la rapidez de cómo nos adaptamos a los mismos. En el trabajo le pregunté a un compañero en qué año tuvo su primer casilla de correo y como la charla se animó entre varios que se sumaron, se me ocurrió en el viaje en tren de vuelta a mi casa dibujar un cuadro de mi propio genoma tecnológico, marcando como principio o punto de partida el día que tuve mi primer teléfono a la actualidad. Siempre pensé que el teléfono desde su aparición ha sido el que ha marcado el gran cambio a nuestras vidas, mejorándola, haciéndola más cómoda.  

Aclaro, que este, es mi propio genoma tecnológico y si en esta lista no están todos los artilugios es porque en ese momento o no llegó a la Argentina esa tecnología o nuestra economía familiar no nos permitía tener esos lujos.  

Mi primer teléfono fue en el año 1972, y en casa festejamos ¿nuestra primera llamada? Por supuesto a mi abuela que ya lo tenía. Ya en ese entonces teníamos nuestra TV, creo que la marca era Zenith, obvio blanco y negro, y no olvido los gritos de mi padre desde la terraza para ajustar la señal de la antena girando el caño oxidado hacia la derecha o izquierda ¿La radio? siempre estuvo presente como parte de los sonidos de mi infancia y mi madre escuchaba el programa de Magdalena Ruiz Guiñazú (periodista que falleció en 2022). 

La novedad en ese momento fue que a partir de tener  teléfono en casa, de vez en cuando ella llamaba al programa a putear un poco y como no, salía al aire.  Además de la radio, teníamos el Wincophone, el tocadiscos como le decíamos o el Winco, y por supuesto con ello los Beatles, Palito Ortega, para bailar a fin de año y tangos de Piazzola de mi viejo. Ya a esa altura los vinilos y los artes de portada venían con una creatividad de puta madre (en otro capítulo me voy a centrar en este aspecto.)

El diario Clarín del domingo era la costumbre con las noticias y los libros siempre habitaron en mi casa. Ya la publicidad estaba incorporada en la televisión. Como me comenta Ezequiel Trivino, la publicidad tiene un músculo ágil para adaptarse a las nuevas tecnologías.

¿Cómo nos comunicábamos además? Por supuesto por carta. Yo tengo mis tíos y primos que viven en Bahía Blanca, una ciudad a 687 km de Buenos Aires y cuando eramos niños nos contábamos de nuestras cosas por correo normal. Sí, el de siempre y que se escribe a pulso. Aburridos del formato de carta simple empezamos a innovar enviándonos cartas con formas raras. Cartas circulares, con forma de avión, en rollo de papel higiénico. Ningún material se nos resistía. De esto que cuento era el año ‘77 o ‘78 así que hasta la aparición del correo electrónico, usaba y sigo usando este medio.

El otro día vi mi fecha de inscripción en Hotmail que fue mi primer cuenta de correo electrónico y fue el 02/11/2001. Así que antes de todos esos años me manejaba usando correo normal. Como verán las innovaciones llegaban pero a una escala y tiempo más alargado. 

Lo que sí avanzó rápidamente fue la telefonía y a la par de ella los ordenadores.

En el ’84 vi una Commodore que tenía mi amigo de enfrente de casa y hasta que llegué a la Mac tuve que esperar 6 años más. En el medio de todo eso las IBM u otros ordenadores con programación específica sí estaban en las empresas, pero eran como pantallas bobas con fondo negro y letras verdes. La idea de ordenadores personales aún no había llegado a mi vida. 
Contaba que a la mac la conocí en el 1990 porque como diseñador ya estaba claro que con ellas (siempre le di a la Mac el género femenino) se hacían las cosas a nivel profesional. De hecho aprendí un par de programas en una Classic hasta que llegué a comprarme una LCII a finales de mi carrera de Diseño cerca del año ’92, luego llegué a tener modelos como la 8600 y más tarde una 9500 tipo torre hasta la mac Mini que tengo ahora.

Hablando de teléfonos, aparecieron los fax y en el ’94 tuve mi primer fax Siemens con que enviaba mis documentos del estudio de diseño a los clientes para que dieran un vistazo. 
Pero lo brutal  fue cuando aparecieron los teléfonos móviles, el primero que tuve fue en el 2000, que era como un ladrillo gris horrible. En ese entonces había un poco de prejuicio con respecto al uso del móvil porque era un artilugio un poco caro. Pero cuando la cosa explotó de veras y fue claro cuando abarataron sus costes, de pronto aparecieron más y más modelos, todos mejorados en su diseño y más delgados. Así que del ladrillo pasé a tener un Startac de esos negritos y desde entonces creo que he sumado a mi historial móvil unos 7 mas o menos ¿mi sueño? el Iphone, al que todavía estoy esperando que bajen de precio. 

Así que en medio de todos estos años desde el ’79 hasta el 2001 me seguía comunicando por correo común, teléfono con fax y mi tercer móvil y poco más. El correo normal lo sigo usando pero para enviar alguna tarjeta de felicitación o para putear legalmente que todavía vale y mucho.
¿Y el correo electrónico cómo me ha evolucionado? desde el 2001 tengo como 5 casillas diferentes dependiendo del uso personal o profesional. Hotmail, Yahoo, Gmail, del trabajo y de la Universidad. De todo.

¡Ah! y no olvido el Messenger que lo descubrí en el 2003, muy útil y económico.
Imaginense, el coste de una llamada telefónica a larga distancia comparado a algo similar sin pagar un duro. El tema es que tienes que escribir rápido. 
Cuando llegué a Barcelona con mi familia descubrí el Skype y con ello obvio tengo mi webcam Isight (no olviden que soy un fan de las Apple y la Isight tiene una calidad de imagen insuperable) y lo mejor de ello es que nos hablamos con mi familia via estos bichitos. La distancia de 15.000 kilómetros obligó a mi familia a comprar sus webs cams cosa que hiciera que se familiarizaran con estos artilugios de golpe. Vean a mi madre que tiene 73 años y mis tíos y tías de esa edad, usan skype, pero se que prefieren la cercanía de la voz al teléfono y mejor de tenernos al lado.

¿Y las fotos? Pasé por tener muchas máquinas de fotos, desde una minolta pocket en el ’80 hasta las reflex Olympus, todas con rollos negativos diferentes hasta que en el 2005 compré mi primera Canon Ixus digital ¡Mi vida española en fotos para la familia! La diferencia es que ahora no revelo las fotos. Las tengo todas en un disco. ¿Cómo enviaba las fotos? Por mail, también en CD por correo normal hasta que apareció Facebook y me volví loco. Ahora saco fotos de los chicos las cargo en la Mac y tengo una aplicación donde elijo las que quiero publicar y pum listo ya está ¿Si pienso en el tema de la privacidad? Claro... Pero...¿todavía piensan que nuestra privacidad es del todo privada?

Cuando se rompió la Canon en el 2009 compré una Olympus digital con más pixels y más chiches e incluso más barata! ¿cómo la compré? On line sin moverme de mi casa.
¿Desconfianza? No problem. Confío mucho en la seguridad online. No soy un comprador on-line a full pero lo hago cuando veo una gran oferta sin gastos de envío o extras. Dicen que en las rebajas del 2011 las compras on-line subieron un 60 %.
No hablo del genoma tecnológico de mis hijos porque ellos ya vinieron al mundo con un chip incorporado.
Lo que explico con todo esto es que a partir del 2000 hasta ahora lo rápido que ha cambiado la tecnología de comunicaciones y con ello nuestra forma de comunicarnos y relacionarnos ¿Si nos acerca? Depende como se mire, yo prefiero aún el cafecito con amigos, pero igual para ir a tomar un café nos citamos con estos artilugios. A pesar de que este año se habla mucho de lo nuevo que viene y que revolucionará más nuestras vidas revolucionadas, prefieron conservar aún ciertas cosas que me satisfacen más en la forma en que me relaciono que es y seguirá siendo el cara a cara.

Claro que Internet nos ha hecho la vida más fácil y hasta cierto punto ha hecho el mundo más chico en las distancias largas incluso en las cortas. Pero en esencia lo mejor de todo esto es que nos ha mejorado en muchos aspectos la nuestra calidad de vida. Tenemos GPS en nuestros coches y no nos perdemos, mayor información de todo, si tenemos que hacer una consulta al médico de otro país allá vamos... si tenemos que avisar algo corto... un SMS o un twitt... si quiero hacer una entrevistas a alguien de otro país. Lo contacto vía mail y hablamos por Skype (ya lo verán que es así)
Escuchamos música que bajamos de la tienda Itunes.

¿Si dependemos de todos los artilugios y hasta a veces hacemos de esa dependencia una norma? Pues claro y cada vez más. Pero sigo pensando que la tecnología sirve para hacernos la vida más cómoda y como fin último creo que podemos divertirnos con ella... pero no vivir o morir para la tecnología.

Ah... igual estoy esperando que bajen los precios del Ipad porque creo que al final vamos a ir a hacer la compra con un cacharro de estos... además de ver pelis, jugar, hacer música y leer revistas y libros. 
Me cuentan que la experiencia con las tablets es fantástica y bastante hablaremos de ello en los próximos posts de este seminario.


///////////// Uppps pasó mucho tiempo desde que escribí este artículo

Siempre releo mis antiguos posteos y me veo (como en este caso) en la obligación de reeditar algunos textos porque respecto a mi genoma... mi vida tecnológica continua y me pasa que con la aparición de nuevas tecnologías yo no puedo parar.

Me quedé con la tablet... ahora es un bello invento para dibujar. Hace unos años pensaba que podía reemplazar a los medios gráficos en papel. Pero todavía el mundo sigue compartiendo ambas plataformas donde en web se pueden leer las noticias en tremendos móbiles. Lo que más me llamó la atención fue que de golpe las Apps pudieron mejorar y ayudar a mucha gente. Pongo en ejemplo la pandemia que en un momento no nos dejaba salir a la calle. La cantidad de pedidos de compras que hice a través de Apps de supermercados nos sirvió para poder alimentarnos sin poder ir al Súper. 
Yo pensaba que si en 2011 esto hubiese sido así yo estaría trabajando con mis proyectos para mobile y tablet de manera exitosa. En ese momento para mi fue un rotundo fracaso porque si bien en España la gente tenía tremendos móbiles, no les interesaba usar las Apps para hacer compras. La pandemia nos hizo reinventar.
Como aprender a trabajar en forma remota sin salir desde casa. Poder trabajar con empresas del otro lado del océano está buenísimo. Pero para eso tambien hay que hablar bien el idioma del otro lado del mundo.

Hoy a la mañana hablaba con mi hija y que si en algún momento me gustaría pensar en un dispositivo que pueda traducir con nuestra propio sonido voz en cualquier idioma en forma simultánea. 
Luego de estos años y detrás de la pandemia que nos ha cambiado la forma en que la sociedad se mueve y comunica, nos vemos en la necesidad de acercarnos de otra forma. Se que hubo algunos inventos con intentos de traducciones simultáneas y además de ello hay Apps que resuelven mínimo traducir a través de la voz. Pero me gustaria que haya uno que pueda reproducir la voz en el instante y además de ello incorpore el tono o intención que uno tiene al hablar al expresarse. Sería como un traductor personal pero con una inteligencia artificla como si yo de golpe me pongo hablar en ingles, francés o chino como un experto. Lo llevaria como un prendedor, o un anillo o un collar. Algo mínimo que nos permita hablar en nuestro idioma y a la vez que una persona que habla otro idioma pueda entendernos sin problemas. 

Más allá de eso creo que me quedo muy corto con lo que va a venir cosa que a veces pienso que me gustaría ser Highlander para poder disfrtutar de lo que se viene. 

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